lunes, 9 de febrero de 2015

¡A mí que me devuelvan el dinero!

    Y es que "la fiesta del cine español", si es que se puede llamar así, fue un crimen contra la humanidad.

    No sé si sois de los que os gusta el cine o no. No sé si sois de los que no se pierden ninguna gala cinematográfica como los Oscars, los Golden Globes o los BAFTA, o no. No sé si sois de los que sacrificáis horas de sueño para poder verlas en directo o no. No sé si sois de los que, el sábado pasado, sacrificasteis el sábado noche para quedaros en casa y disfrutar de los que pensábamos que iba a ser la gran fiesta del cine español o no. Yo si. Yo soy de esas personas a las que le encanta el cine, de esas personas que no se pierde ni una gala cinematográfica, de esas personas que pierde horas de sueño por ver los Oscars o los Golden Globes o los BAFTA en directo. Y yo fuí, una de esas personas que sacrificó el sábado noche para disfrutar de lo que nos prometieron que iba a ser la gran fiesta del cine español. Y si, yo fuí una de las supervivientes de esas casi cuatro horas de tortura a manos de la Academia, TVE y toda la gente implicada en los Goya 2015.

Debí ser inteligente y renunciar a ver los Goya cuando tuve tiempo, cuando el universo empezó a enviarme señales de que no viese la gala y es que todo empezó mal.

    Estaba yo en mi casa, con la familia, disfrutando de una tarde de maratón de American Horror Story: Coven. Yo soy de esas personas a las que les gusta ver un programa des de el principio, de las que e tragan los 5 minutos de publicidad antes de que empiece cualquier programa, serie o película, con tal de verla empezar. Pues, como ya he dicho, estaba en casa, con mi familia, disfrutando de una tarde de maratón de una de las mejores series actuales, cuando miro el reloj y me doy cuenta que son las 21:52 y, el episodio que estábamos mirando aún le quedaban unos 15-20 minutos. Ahí tuvimos que decidir si acabar el episodio y ver la gala empezada o, quitar la serie y poner TVE para llegar puntuales a la cita. Como es lógico, igual que me gusta ver las cosas des de el inicio, también me gusta disfrutar del final, así que, decidimos terminar el episodio que estábamos viendo y, cuando terminara poner la gala pensando que no serían puntuales. Primera señal.

    Hacia las 22:07 pusimos fin a la maratón que empezamos hacia las 16:00 y, nos vestimos con nuestras mejores galas, o sea, con ese pijama tan cómodo y una manta familiar, y nos trasladamos del DVD a TVE. Pero, como siempre pasa cuando quieres ver algo des de el inicio, cuando pusimos TVE, la gala ya estaba empezada de hacía unos 5 minutos. Segunda señal. Y si, me dio un poquitín de rabia no verla empezar, pero se  me pasó rápido al ver la mierda de número inicial. Un número musical de mierda al que le cantaban canciones al cine español. Esta fue la tercera señal y la más luminosa. Señal, que como os podéis imaginar, ignoré y me quedé mirando la gala.

    No voy a entretenerme a hacer una crónica de la gala, porque para eso, ya están los medios de comunicación y/o los blogs de cine, pero si que os voy a contar lo que me pareció a mí, en un párrafo. Podrí resumirlo en un sola palabra, pero después no tendría gracia.

    Lo que tenía que ser la gran fiesta del cine español, se convirtió en la fiestecilla andaluza y cutre del cine español, y lo digo sin querer ofender ni desmerecer todo aquello andaluz, pero, tratándose de la gran gala del cine de este país, no puedes crear un espectáculo cutre, aburrido, largo y bochornoso lleno de topicazos andaluces, actuaciones sólo de temática andaluza, sin apenas gags cinematográficos, sin ritmo, con un montón de errores de realización en los que sólo veías cámaras enfocando al suelo o dando giros a la velocidad de la luz y, empachada de minutos de agradecimientos y dedicatorias de los premiados a los que se pidió ser breves, petición que se pasaron por el arco de triunfo. Pero, el momento álgido de la noche fue la actuación estelar y vergonzosa de Alex O'Dogherty con la que todos nos hubiésemos pegado un tiro. Lo único que se puede salvar de eses sábado noche, fueron los minutos de publicidad, que le daban un descanso a nuestro cerebro de tanta mierda y las apariciones de Dani Rovira, aunque ni su gracia ni talento pudieron levantar una gala que estaba enterrada des de el primer minuto.

    Y llegados a este punto, sólo puedo decir una cosa, señores de la Académia, de TVE y toda la gente implicada en las galas de los Goya, acabamos de celebrar la XXIX edición de los premios Goya y, la gala ha sido una MIERDA con mayúsculas y negrita. Hacía tiempo que no o pasaba tan mal ni pasaba tanta vergüenza ajena viendo una gala de tal renombre. Señores, o nos ponemos las pilas, o cerramos el chiringuito, que para hacer una gala como la que hicieron el sábado, mejor no hacer nada. Creo que es hora de ver más fiestas del cine internacionales y aprender un poco de ellas. Llegamos tarde para los Golden Globes y los BAFTA de este año, pero échenle una ojeada a los Oscars, que son dentro de 15 días, y tomen nota, el público se lo agradecerá.



Muchas gracias por leerme. Sentíos libres de comentar todo cuanto os venga en gana.

Sed felices!!!

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