lunes, 2 de febrero de 2015

Ríete tu de la "vieja del visillo"

    Y es que no hay nada peor que tener unos vecinos con demasiado tiempo libre.

    Hace tiempo escribí una entrada hablando sobre la ventajas y los inconvenientes de vivir en un pueblo o en una ciudad y, los respectivos cotilleos que comportan cada uno. Pero lo que no os conté es que, vivas dónde vivas, si tienes vecinos, siempre tendrás a alguien observando y comentando cada uno de tus movimientos.

    No sé que me pasa últimamente, debe ser que me estoy haciendo mayor, pero, baso casi todos mis posts en una vivencia propia. Y, es que, la semana pasada, iba yo tan tranquila por la calle, cuando de repente, ¡un vecino salvaje apareció!

    Resulta que se ve que estamos en crisis y, la mayoría de la gente está en paro y, en mi pueblo, se ve que esta gente, para no aburrirse, empieza a observar a los demás y a formar parte de sus vidas de manera indirecta. Como os iba diciendo, el otro día, iba yo por a calle tranquilamente cuando, de repente, de la nada, apareció uno de mis vecinos que, por culpa de la maldita crisis está en paro y, como ya os he contado, en mi pueblo, la gente que, por mala suerte se ha quedado sin trabajo, empieza a meterse en la vida de sus vecinos. Y en este caso, mi vecino se metió en la mía. Os cuento. Era un día entre semana, soleado pero frío de cojones. Yo acababa de salir de casa par ir a trabajar. Por suerte, soy una chica de 25 años que ha encontrado un trabajo que, podría considerarse, relacionado con mis estudios, aunque de forma bastante indirecta, pero lo importante es que tengo trabajo y, encima, el trabajo está cerca de mi casa. Ahora mismo no podría pedir más. Pues eso que acababa de salir de casa, cogí el coche para ir a trabajar (podría ir andando pero, como ya he dicho, hací un frío de cojones y, estaba bastante cansada), así que, como ya he dicho, decidí coger el coche. Eso que estoy conduciendo hasta el trabajo y encuentro aparcamiento a unas tres o cuatro calles de distancia. Aparco, salgo del coche, camino 100 metros y, de repente, de la nada, aparece mi vecino al final de la calle. Me ve. Se me queda mirando y se para a esperarme. En ese momento yo ya estaba cagándome en todo porque, cuando vives en un pueblo (los que sois de pueblo me vais a entender), lo único que quieres es ir tranquilo por la calle, sin que nadie te cuente los últimos cotilleos del pueblo. Así que, cuando veo que mi vecino se para a esperarme, empezó a entrarme dolor de barriga. Llego al final de la calle, lo saludo y veo que tiene toda la intención de entablar una conversación. Le digo que tengo que ir al trabajo y, casualmente, me dice que él también va en la misma dirección, así que fue imposible librarse de él. A estas alturas, os puedo parecer una antisocial, pero si vivieseis en un pueblo, lo entenderías.

    Así que ya nos veis a mi vecino y a mí, andando por la calle, en dirección a mi trabajo y él comiéndome la oreja. Cuando faltaban un par de calles para llegar a la puerta de mi trabajo, el tío empieza a meterse en MI VIDA. ¡Para cagarse! El tío, sin ningún tipo de vergüenza, empezó a juzgar muchas de las cosas que yo hacía e, incluso, empezó a decirme que en qué estaba pensando cuando cogí el coche para ir a trabajar, que estando tan cerca debería ir andando. En ese momento me quedé con cara de gilipollas y con ganas de darle un puñetazo en toda la boca. Así que me quedé mirándolo con cara asesina, mientras pensaba en que iba a contestarle que, si cogía el coche era porque me daba la gana, porque hacía un frío de cojones y, que con mi vida yo hago lo que quiero que para eso es mía y de nadie más, pero, cuando abrí l boca, sólo le dije: "Bueno, ya hemos llegado. Yo me quedo aquí." Y se hizo el silencio. Él me miró sonriendo como si no acabase de meterse en mi vida y, cuando iba a decirme adiós, abrí la puerta del trabajo, entré y se la cerré en la cara. Y es que no entiendo como puede haber gente tan gilipollas que se aburra tanto. Y, lo que tampoco entiendo es que, con lo simpática que es su mujer, él sea así de imbécil.

    En fin, sólo puedo deciros una cosa, vivas donde vivas, si tienes vecinos cotillas, agarrate fuerte porque hagas lo que hagas, siempre olerán tus pedos antes de que puedas tirártelos.


Muchas gracias por leerme. Sentíos libres de comentar todo cuanto os venga en gana.

Sed felices!!!

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