Dicen que el trabajo más antiguo del mundo es el de la prostitución. Yo pensaba que era el de ser gilipollas, pero se ve que no.
Todos, por mucho que nos neguemos a aceptarlo, llevamos una prostituta dentro. Todos, alguna vez en nuestra vida, hemos intentado vendernos. Todos hemos querido tener más seguidores en Twitter o más amigos en Facebook que en la vida real, que eso, a parte de ser raro, es triste. Muy triste. Además, todos los que tenemos, hemos tenido o tendremos algún blog, algun canal de Youtube, un Tumblr o lo que sea, queremos que la gente lo vea, y para que lo vea tenemos que hacer publicidad. Vamos, en resumen, que tenemos que vendernos. Y es en ese preciso momento cuando sacamos a esa mujer u hombre que se pasea por las calles cibernéticas exhibiéndose a cambio de unas visitas a una web concreta o a cambio de una "amistad" en Facebook o un follow en Twitter.
Y es que eso de venderse es muy complicado. Hay gente que nace con el don de tocar los cojones. Otros nacen con el don del marketing y la publicidad. Yo nací con mi súper inmunidad a la varicela. Lo sé, me envidiáis por eso, pero os quiero igualmente. Pero aquí no hemos venido a hablar de mi súper poder, sino de mi falta de instinto y experiencia en venderme. Si señores, lo admito, no sé venderme, nunca se me ha dado bien. Si hubiese sabido venderme no estaría aquí, escribiendo un blog de chorradas varias, estaría en un club de lujo vendiéndome por millones a cambio de conversaciones. Si, habéis leído bien, CONVERSACIONES, no me penséis mal, que tenéis la mente muy sucia. Que yo no sabré venderme, pero soy muy digna y muy señora, que en mi jardín del placer no entra cualquiera.
Hacer que un blog tenga un número constante de visitas no es fácil. No se trata sólo de la publicidad y de ser unos pesados en Twitter y Facebook, sino que hace falta una constancia, una regularidad en las publicaciones y un contenido atractivo para el público al que quieres dirigirte. Y eso, señoras y señores, no es fácil. Conseguir un tráfico importante y constante en un blog requiere mucho trabajo y muchas horas y, sobretodo, creatividad y, a poder ser, originalidad. Además, esa cantidad indecente de visitas no llega de la noche a la mañana. No porqué yo sea más guapa o más fea, más lista o más tonta tendré más visitas antes que los demás. No por ser más pesado en las redes sociales la gente visitará más a menudo tu blog, web o lo que sea que estés publicitando. Lo único que te asegura que algún día tendrás una cantidad consistente y constante de visitas es la paciencia y, aún así, puede que la cantidad de visitantes no sea muy elevada. Esas ansias de engordar los números es lo que nos va a decepcionar más veces si no tenemos paciencia.
Este blog no tiene una cantidad indecente de visitas, pero si unos visitantes constantes, y con eso me conformo. Puede que algún día llegue a tener esa cantidad indecente que tienen otros blogs, pero la verdad es que no es lo que más me importa en este momento. Lo que de verdad me interesa es mantener a los visitantes actuales, hacer que, por un momento, entren en este blog y desconecten de la dura, monótona y egoísta realidad y puedan divertirse un poco. Con eso me doy por satisfecha. Así que, mientras espero que llegue esa cantidad indecente de visitantes, yo voy a seguir escribiendo chorradas varias que me gusten y me diviertan a mí, para así, poder hacer que otros de diviertan.
Pero antes de dejaros por hoy, dejadme venderme un poco. La semana pasada abrí una tienda en internet de camisas y accesorios varios. Podéis acceder a ella haciendo clic en la imagen donde pone "Bienpeiná Style" (esa tipografía no me dejaba poner acentos). Además, si queréis podéis seguirme en Twitter e Instagram. Además, si os gusta el blog, podéis suscribiros para recibir en el mail las entradas publicadas y/o, podéis hacer clic en el botón de la columna derecha que pone "Participar en este sitio".
Muchas gracias por leerme. Sentíos libres para comentar cuanto os venga en gana.
Sed felices!!!
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