lunes, 17 de marzo de 2014

I have a dream


Este artículo puede contener palabras malsonantes que podrían ofender a ciertas sensibilidades. Y me diréis "¡Joder! ¡Hablar bien no cuesta una mierda!" y yo os respondo "Lo sé, pero si no pongo estas palabras, no se va a notar la intención del texto"



    Soñar es gratis, me dijeron una vez, pero de sueños no se puede vivir, añadieron más tarde. Y es que todos, y cuando digo todos me refiero a todo el mundo, tiene sueños e ilusiones. Algunos más realistas que otros. Algunos más grandes y más importantes que otros pero todos queremos que se cumplan.

    Hace unos mese que tengo la ilusión de tener mi propio huertecito. Nunca he sido muy de plantas ni de jardines ni de huertos pero, hace unos meses, me han entrado ganas de poder cultivar mis verduritas. Debe ser que me hago mayor.
    
    Vale, puede que tener un huertecito no sea una ilusión de esas que dices "Wow! Que ilusión!", de esas que te obligan a girarte y mirarles el culo pero, de momento, es una de mis ilusiones. A ver, no es como mi sueño de visitar EEUU, o el de conseguir dedicarme a la creación de espectáculos, o el de escribir un libro pero, de momento, es una ilusión, pequeñita si, pero una ilusión que me gustaría cumplir. Pero yo no he venido aquí ha contaros mi vida, yo he venido aquí para contaros lo que me indigna cuando le dices al mundo que tienes un sueño o una ilusión.

    En el mundo de las ilusiones y los sueños hay algo que nunca falla: el típico que se va a reír en tu cara. A mí me ha pasado. Y no con los grandes sueños que he mencionado antes, no, ¡me ha pasado con lo de tener mi propio huertecito!

    Os cuento. Mi abuela, de toda la vida, que tiene un huerto enorme. De pequeña, después del cole, yo me pasaba todas las tardes en su casa, haciendo los deberes, viendo un rato la tele y "jugando" en el huerto. La verdad es que no me atraía demasiado eso de plantar patatas, tomates, coliflores y todas las verduras habidas y por haber. Pero, hace unos meses, empezó a hacerme gracia la idea de tener un trocito de huerto para plantar mis verduras. Hará unos 15 días, fui a casa de mi abuela y se lo comenté. Le pedí un trocito de huerto que no utilizara y se me quedó mirando raro. Ayer, en medio de una comida familiar en su casa, salió el tema y, como siempre que se habla de ilusiones, hay gente que te apoya y otros que no dan un duro por ti. Pues,  en resumen, lo que pasó fue que todos se me quedaron mirando y se rieron en mi cara. Que yo me quedé "Coño! Que he dicho que quiero tener un huerto, no que quiero ser una X-Men (que os recuerdo que ya lo soy, sino leed esto)". Que cuando Martin Luther King dijo eso de "I have a dream" nadie se rió! ¡¡¡Y voy yo y digo que quiero poner un huerto pequeñito y se descojonan en toda mi cara!!! Pues no lo entiendo.

    Ya vendrán a pedirme tomates que se puedan restregar bien para hacer el pa amb tomàquet del desayuno o la merienda, por qué el pa amb tomàquet se hace restregando el tomate, no rayándolo y untándolo en el pan, y luego voy a ser yo la que se reirá en su cara en la de sus tomates que no sirven para hacer el pa amb tomàquet

    Y es que señores y señoras, tengo muchos sueños, el de irme a EEUU, o el de poder dedicarme a la creación de espectáculos o el de escribir un libro, pero mientras espero, voy a ir cuidando mi huertecito.



Muchas gracias por leerme. Sentíos libres de comentar todo cuanto os venga en gana. y, si tenéis algun sueño, podéis contármelo, que yo no me voy a reír.

Sed felices!!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario