Ya habían pasado más de cinco años desde que lloró su pérdida.
Ahora, sólo le quedaba recordar.
Recordar su aroma.
Recordar su pelo.
Recordar sus ojos.
Recordar su sonrisa.
Recordar su mirada.
Recordar su voz.
Su voz...
Ya no podía recordar su voz.
Me ha encantado el microcuento, estaré atento a los siguientes
ResponderEliminarMuchas gracias! ^^
ResponderEliminarCada sábado un #microcuento nuevo. Los lunes, los miércoles y los viernes subiré un post genérico hablando de todo y de nada.
Gracias por leerme!!!