De mayor quiero ser Señora

Todo lo que está escrito aquí, está escrito en clave de humor y respeto. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O no...

    En la vida de una mujer hay una cosa que, inevitablemente, pase lo que pase, va a suceder: se va a convertir en una SEÑORA. Pero no una señora de esas que dices "¡Oh, mira que Señora!", que también puede ser, pero yo me refiero a convertirse en señora mayor.

    Cuando en el colegio la maestra pregunta eso de "¿Pepita, que vas a ser de mayor?", las niñas deberían responder "Yo voy a ser una señora". Y es que no hay nada más cierto ni más seguro que una mujer, sea como sea, se va a convertir en señora mayor, aunque se convierta en la vieja de los gatos, será una señora mayor.  

    Una cosa sabida por todo el mundo, es que las señoras mayores, todas tienen batas de estar por casa, todas, sin excepción alguna, y que cuando ves que se la van a cruzar, es que algo muy importante van a decir, algo parecido a "¿Sabes que la hija de la pescadera está preñada?". Y es que, cuando una señora se cruza la bata, no hay quien la pare.

    Todas las señoras mayores saben cocinar y, la que no sabe, es porqué es un hombre. Además, cuando cocinan, tienen tendencia a hacer comida para todo el pueblo. Nunca he entendido de dónde sacan tanta comida, ni dónde la guardan, y aún menos, ¿por qué cocinan para tanta gente?. No sé si es por culpa del hambre que pasaron en la posguerra o, que tienen el complejo de la bruja de Hansel y Gretel y quieren engordarnos para cocinarnos más tarde. Y, lo peor, es que después de zamparnos toda esa comida, sacan el licor de hierbas, normalmente hecho por ellas o por una amiga, y nos incitan a emborracharnos porqué, "ese licor va bien para hacer la digestión". Para lo que va bien ese licor es para encender una fogata y calentar a toda la humanidad, que ese licor tiene más grados que Sevilla en pleno agosto.

    Además, las señoras mayores tienen distintos superpoderes. Pueden doblar una bolsa de plástico a su mínima expresión después de usarla como capucha en un día lluvioso. Tienen siempre la razón, pero este superpoder lo tienen, simplemente, por ser mujeres. Son capaces de darle una conversación infinita a la peluquera. Pueden detectar dónde regalan cosas y colocarse en primera fila. Pueden crear un tapón en la calle que impida el paso a toda la gente que quiera y/o necesite pasar por allí.  ¿No sería más práctico poder volar o tener telekinesis? Lo digo por lo de la artrosis, que a esas edades no está el cuerpo para mucho meneo, a no ser que seas Marujita Díaz.

    Cuando una señora mayor se convierte en abuela, gana un nuevo superpoder, el de fabricar dinero, por qué sino, ¿cómo se entiende que, siempre que sus nietos van a visitarla, les da 5€? Aunque la señora tenga 600 nietos, siempre, SIEMPRE, tiene 5€ preparados para cada uno.

    Entre las aficiones de las señoras mayores encontramos: ir al médico a por recetas; hacer ganchillo, nunca sabes cuando tus nietos van a necesitar una bufanda; ver la telenovela y, comentarla con quien la esté viendo contigo y, les encanta barrer la calle. Y yo me pregunto, ¿por qué las señoras mayores tienen la necesidad de barrer la calle constantemente?, es más, ¿por qué tiran la mierda barrida a la puerta de la vecina?, ¿no se caen bien?, ¿el alcalde les paga por barrer su cacho de calle?. No lo entiendo. Son preguntas existenciales tales como ¿dónde voy? o ¿de dónde vengo? que en un futuro se estudiarán en las clases de filosofía.  

    Y ya para terminar, quiero confesaros que yo soy muy fan de las señoras mayores, porqué, es verdad que siempre hay alguna que es muy borde, siempre hay una manzana podrida en el cesto, pero la verdad, es que son muy adorables, muy sabias y unas SEÑORAS, con mayúsculas.

Gracias a todas las abuelas y bisabuelas del mundo por mimarnos como lo hacéis.

Muchas gracias por leerme. Sentíos libres para comentar todo cuanto os venga en gana.

Sed felices!!!